la familia del futuro
La familia como institución está inmersa en un proceso de reconstrucción sociocultural. En la era preindustrial el reparto de roles y la economía familiar sostenían la relación matrimonial. En la modernidad llegó la disolución de la familia como comunidad económica. Y ahora que vivimos la postmodernidad nos encontramos con un alto grado de libertad, de búsqueda y de autenticidad, pero también de complejidad y fragilidad.
Hemos vivido un proceso de liberación importante respecto a los modelos tradicionales: la incorporación de la mujer al trabajo, la igualdad – más bien teórica- de determinadas funciones y actividades ha dado lugar a más grados de libertad, ganando espacios de acción y realización, así como posibilidades de elección. Pero al mismo tiempo se producen nuevos riesgos, conflictos y rupturas: separación, divorcio, monoparentalismo, padres ausentes, padres/madres del mismo sexo, matrimonios mixtos, que son las amenazas reales de hoy en día.
Es curioso que en el momento que el matrimonio se ha liberado de controles y limitaciones aparezcan nuevas luchas y conflictos.
El clan familiar ha desaparecido y ahora las personas implicadas deben negociar, individualmente, su aportación a la necesaria causa común. Hay que encontrar el factor que cohesione la familia. Encontrar caminos de reconstrucción es todo un reto lleno de dificultades. Pero la meta no se ve mirando para atrás, nunca tiempos pasados fueron mejores, por eso debemos encontrar espacios más libres pero al mismo tiempo más duraderos, más estables. Aunque como decía Ulrich Beck el amor quede como utopía, como proyecto de un mundo mejor.
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