Estas páginas son fruto de tertulias y charlas en las que se ha pensado en común cuestiones éticas sobre la vida. El subtítulo refleja dos retos actuales: manejar la vida haciendo uso de la tecnología, pero con responsabilidad; y curar las enfermedades, cuidando a las personas. Se pretendía en dichas tertulias y charlas dialogar con seriedad científica y mentalidad abierta, teniendo en cuenta diversas perspectivas, según las ideas y creencias de los participantes.
El autor ha reunido aquí materiales misceláneos -guiones para el diálogo, resúmenes de charlas, etc.- que puedan servir de referencia en reuniones semejantes, procurando responder a cuestiones de actualidad. Se ha clasificado los documentos en torno a los módulos del curso de bioética: introducción antropológica; bioética laica y perspectivas religiosas; comienzo y fin de la vida; salud y enfermedad; ecoética y justicia.
Calificar como "mitad cómico, mitad anacrónico" el debate eclesiástico sobre el uso del preservativo le ha costado al jesuita Juan Masiá Clavel (Murcia, 1941) la carrera universitaria y el secuestro de su último libro, Tertulias de Bioética. Manejar la vida, cuidar a las personas, editado por Sal Terrae. Hasta el pasado día 20, Masiá era director de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid.
Cita del autor
Me ha llamado la atención durante estos últimos meses, la situación tan exagerada por los dos extremos que se percibe en los debates éticos en este país...
Me llama también la atención la intromisión inoportuna de instancias eclesiásticas para dictar moralidad a la sociedad civil. He de decir que estoy acostumbrado a vivir en Japón, en el seno de una iglesia minoritaria, en medio de una sociedad civil plural y democrática, secularizada y laica, en el mejor sentido de estas palabras, y con un episcopado acostumbrado a respetar escrupulosamente la separación de Iglesia y Estado, una iglesia que no está ni privilegiada ni excluida, en un contexto intercultural e interreligioso...
Viniendo de ese mundo, me sorprenden los malentendidos sobre ética o sobre iglesia y sociedad en nuestro país. Por ejemplo, el caso, mitad cómico mitad anacrónico, en torno al preservativo; uno no sabe si reir o llorar. Ni siquiera tenía que ser problema. No sólo como prevención de un contagio, sino como anticonceptivo corriente, se puede usar para evitar un embarazo no deseado y evitar el aborto. Hace mucho tiempo que la teología moral seria ha superado ese falso problema. Aunque diga lo contrario un dicasterio romano o los asesores de una conferencia episcopal, o los que redactan para el Papa un discurso, se puede disentir en la iglesia por fidelidad hacia la misma iglesia. Sobre todo, sabiendo que ni es cuestión de fe, ni es cuestión de moral, ni es cuestión de pecado. Es cuestión de sentido común, responsabilidad y buen humor...
decía el otro día cierta personalidad eclesiástica que la obtención de células madre a partir de embriones pre-implantatorios es una matanza de inocentes. Expresarse así es originar malentendidos científicos, éticos y teológicos.
Hablaba otra personalidad eclesiástica el otro día sobre los problemas de la sexualidad en tales términos como si la orientación sexual en sí misma, independientemente de su ejercicio, fuese algo desordenado, pecaminoso e intrínsecamente malo. Expresarse así,..., es algo que va contra lo que está explícitamente dicho tanto en el catecismo de la Iglesia católica como en la declaración de la Congregación de la fe acerca de la no discriminación de personas al tratar ese tema.
Opiniones como éstas hacen un flaco favor a la iglesia que representan y a la ortodoxia que desean defender. Por eso, por fidelidad a la Iglesia, por sentirnos iglesia y sentirnos en la iglesia, nos vemos obligados, no sólo a sentir con la Iglesia sino, en algunas ocasiones, a disentir en la iglesia, a disentir razonable y responsablemente dentro de la iglesia. (Nótese que no he dicho disentir “de” la iglesia. El que está fuera disiente “de” la iglesia, los que estamos dentro, disentimos “en” la iglesia, sintiendo la responsabilidad de hacerlo y la responsabilidad de hablar). Y no olvidemos que la iglesia no es como esos partidos políticos en los que si te mueves no sales en la foto...
Así percibo estos problemas y así lo he querido compartirlo con ustedes, con sinceridad humana y cristiana, desde una fidelidad a la fe y a la iglesia que nos urge y apremia a disentir dentro de la iglesia. No sí si alguien pensará que decir todo esto es imprudente, yo creo sinceramente que no decirlo es lo que sería inmoral.
Estas páginas son fruto de tertulias y charlas en las que se ha pensado en común cuestiones éticas sobre la vida. El subtítulo refleja dos retos actuales: manejar la vida haciendo uso de la tecnología, pero con responsabilidad; y curar las enfermedades, cuidando a las personas. Se pretendía en dichas tertulias y charlas dialogar con seriedad científica y mentalidad abierta, teniendo en cuenta diversas perspectivas, según las ideas y creencias de los participantes.
El autor ha reunido aquí materiales misceláneos -guiones para el diálogo, resúmenes de charlas, etc.- que puedan servir de referencia en reuniones semejantes, procurando responder a cuestiones de actualidad. Se ha clasificado los documentos en torno a los módulos del curso de bioética: introducción antropológica; bioética laica y perspectivas religiosas; comienzo y fin de la vida; salud y enfermedad; ecoética y justicia.
Calificar como "mitad cómico, mitad anacrónico" el debate eclesiástico sobre el uso del preservativo le ha costado al jesuita Juan Masiá Clavel (Murcia, 1941) la carrera universitaria y el secuestro de su último libro, Tertulias de Bioética. Manejar la vida, cuidar a las personas, editado por Sal Terrae. Hasta el pasado día 20, Masiá era director de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid.
